29.2.08

Y la tierra detuvo.....


.... Entonces, él y yo en el detener de mundo, él y yo y nuestro entorno en un sin fin de lugares y maledicencias, él, que no quisiera ser considerado en dupla conmigo, ni en este escrito ni en ningún aspecto, salvo en el profundo, callado (demasiado secreto) y doloroso sexo, se aferra a su dientes y gime sin alterarse demasiado. Él, que nunca fue santo, se concluye en la corriente efímera del espanto final, la corrida candente de un mundo que no será.
Y la tierra detuvo su girar sempiterno.

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