29.2.08

Y la tierra detuvo.....


.... Entonces, él y yo en el detener de mundo, él y yo y nuestro entorno en un sin fin de lugares y maledicencias, él, que no quisiera ser considerado en dupla conmigo, ni en este escrito ni en ningún aspecto, salvo en el profundo, callado (demasiado secreto) y doloroso sexo, se aferra a su dientes y gime sin alterarse demasiado. Él, que nunca fue santo, se concluye en la corriente efímera del espanto final, la corrida candente de un mundo que no será.
Y la tierra detuvo su girar sempiterno.

Vivir bajo las algas


Me dirigo al ritual de lo impoluto.


Deseo la tensión de su brazo sobre mi esternón macizo, por su giro dado en una esquina anterior.

Al adentrarse ladra como un cordel al agitarse contra el suelo pulmonar.


... Lo describo sólo en lo concreto, ya que la superficie entrega al plano una perspectiva algo más autónoma que su rasgo siempre introspectivo ...


Sólo conocía de él sus derroteros esquizoides caminantes, en manifiesta agonía, en tardes de imaginación opiácea.


Surgir sobre sus ojos altos, esquivándolos, primero, para luego, someterlos al compromiso de lo mutuo, con el fin de un algo o un artazgo, nos condujo al laberíntico lugar común de lo recuerdo iridiscentes o de las ensoñaciones furtivas.


Caracol novedoso, fuiste.

Vuelcas nuevamente el ojo,
lo refieres,
me involucras hasta la garganta de la grieta.
Los insectos se acercan para cuidar de mi cuerpo asesino.

Mojado por la lacra de su úlcera postrera
suprime la búsqueda del ego/
Lo soporta hasta el paso del último paso.

(b II)




Las ramas de luz atónita poblando innumerables veces el área de tu frente asaltada por olas
Asfaltada de lumbre tejida de pelo tierno y de huellas leves de fósiles de plantas delicadas
El mundo bañando por tus ojos y tu rostro de lava verde

Apenas dormido vuelvo de más lejos a tu encuentro de tinieblas a paso de chacal
mostrándote caracolas de espuma de cerveza y probables edificaciones de nácar enfangado

Vivir bajo las algas


El sueño en la tormenta

un camino incierto de tierra en medio de la tierra
de tierra y tu frente se levanta, como un árbol de nieve y cerezas
y apaga el alba y el día se enciende y vuelve la noche y lenguas de tu pelo se interponen y azotan el
rostro helado de la noche
Para sembrar el mar de luces moribundas
Y que las plantas carnívoras no falten de alimento
Y crezcan ojos en las playas
Y las selvas despeinadas giman como gaviotas

La noche se reduce y explota en un eclipse lunar

(b I)

El dolor es recurrente,
el olvido me cansa,
la venganza está ahí ... a flor de piel,
las palabras no encuentran su sentido original,
sin embargo, están tus ojos... inobjetables...

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De barro mi sangre
De sombra lúcida
De hambre intacto
De jadear interminable
Y te levantas como un astro desconocido
Con tu cabellera de centellas negras
Con tu cuerpo rabioso e indomable
Con tu aliento de piedra húmeda
Con tu cabeza de cristal
Con tus orejas de adormidera
Con tus labios de fanal
Con tu lengua de helecho
Con tu saliva de fluido magnético
Con tu nariz de arpegio musical
Con tus pies de lengua de fuego
Con tus piernas de millares de lágrimas petrificadas
Con tus ojos de asalto nocturno
Con tus dientes de tigre
Con tus venas de arco de violín
Con tus dedos de orquesta
Con tus uñas para abrir las entrañas del mundo
Y vaticinar la pérdida del mundo
En las entrañas del alba
Con tus axilas de bosque tibio
Bajo la lluvia de tu sangre
Con tus labios elásticos de planta carnívora
Con tu sombra que intercepta el ruido
Demonio nocturno
Así te levantas para siempre
De fuego, de azufre, de aire, de tempestad,
En el agua dorada el sol quemante refleja la mano de cenit.